a tocarte los vectores
las vergüenzas las cosas
que no queremos ver
somos inseparables en parte
por eso si te vas mejor
mejor te vas me dice
¿por qué ocurren las cosas
de esta manera y no de otra
le digo ¿imitábamos al azar
o al destino cada vez
que decíamos nosotros?
¿o es la suerte del caos
simplemente
la máxima entropía
lo nuestro? ha llegado
la hora del esfuerzo inútil
me dice o le digo
prometo no volver a tocarte
el tema todo bien
todo bien con tus muertos
tus vivos los míos
nuestros hijos
con los que están en contra
de los cananeos o a favor
de la corriente del jordán
o todo lo contrario
progreso lentamente hacia
la destrucción solito
eso sí le repito
no sabés cuánto me hinchan
las pelotas me dice
tus desplantes fariseos
en el libro de rostros
tu fatuidad en las encuestas
tus lobbies tu soberbia de
colona de sderot iluminada
por los resplandores
de gomorra acorralada
contra el mar
prometo no volver a tocarte
los putos mapas
accesorios cosméticos
a cambio deberías dejar
en pie al menos los olivos
le digo quién sabe
no te presten mañana
un servicio una sombra
al menos
somos frágiles voces
inestables unidades a punto
de desaparición
a punto de regresar
al molde inalterable al frío
al quieto tártaro
ahí va la cresta posterior
al gran yang
y vas a ver me apunta
ya vas a ver
ya va a tocar a muerto
vamos a tocarnos a muerto
lo prometo
te prometo le dice
no va a ayudarnos
tu codicia me digo
bajate un rato al menos
del monumento arriá
esa ceja de cimbra prosódica
de una vez por todas
que más que conminar
pareciera blandir la estela
de merenptah pulida y sola
cerrá un rato la tapa
del testigo buchón
subsidiado
quien osa conocer mejor
que cualquier viejo poeta
muerto cómo y a qué hora
salta la coneja
a qué temperatura
y en qué cocina quiénes
cuecen mejor las habas
está condenado a miar
fuera del tarro
andá a calmar tu furia
por ahí nos digo
en vez de andarnos
apuntando con la ojiva
quirúrgica
con la asexuada uña
ese dedo de bibliotecaria
del club de leones
de reojo con el borde
del rouge desbocado
cada vez que el ojo
de udyat pispea el fichero
de nuestros satélites
nuestros vagos testamentos
nuestras amarillentas
conjuras familiares
Sergio Gobi
Berlín, julio de 2014