dafne

es una criatura de edad breve
dice llamarse elisa
al amparo del calor o atravesando el frío
habla poco
sonríe
responde al nombre de maría

es más joven que las fotos
que la muestran erguida
con las pupilas rojas
recién nacida de la espuma

de día sus manos
como las hojas nuevas del laurel
se posan en los rincones luminosos y anidan
de noche su cuerpo encarna
los matices inciertos del mar
como la vieja escila
abre los ojos y nadie vuelve a puerto

(...)

la atraje sin promesas
bajo la lluvia
creí salvarla de la furia del cielo
los hombres en el bar la miraban
la ropa húmeda sobre los pechos erizados
–no te inquietes– me dijo
–es circe alimentando cerdos de ojos tristes

sucedieron los años
me amó mientras fui alegre y joven
luego me trajo aquí
junto a este río exangüe
de huesos sumergidos

envejezco
viéndola renacer del brazo de otro
en la llovizna