máquina núbil
quería una muchacha
una criada quería una sirvienta
boliviana una azafata paraguaya
o por lo menos verde
una enfermera pegajosa
que escribiera dormida
un melodrama y con el sexo
lo suficientemente herbívoro
como para poner en movimiento
el péndulo incesante
arrancarme la siesta sacarme
del tiempo y ponerme en hora
a falta de vírgenes selváticas
de adolescentes de la serranía
tengo una máquina soltera
modelo md
9 yeguas de fuerza
bendice mis mazorcas
antes de cosecharlas
como un reloj de crema
como una hoz de labios romos