Qué pasa desierto
qué escondés bajo el poncho
qué hay qué hubo desierto entre nosotros
La instantánea de una tarde encandilando el patio
un postre de sábanas estivales pegajosas
con los bordes chamuscados de aurora
Qué te guardás desierto en el bolsillo
la rubia lencería de la noche boreal interminable
el cotidiano desencuentro
la ya servida desnudez enfriándose
La voluntad de recordar tasca la arena
y muerde allá abajo de raíz un trapo
una verónica del querido rostro familiar y remoto
La memoria no agradece nada desierto
rasca hasta el fondo de si misma
y se trae consigo postales ajenas
Un paisaje sin atributos
eriales donde las aves se arrastran como saurios
socavones de intemperie
arenales inhóspitos
Juntando las astillas de todas estas visiones
la memoria restablece una panorámica que te pinta entero
y al reconocerse en vos se desvanece
Es un observador neutral quien te interpela:
qué hay qué hubo qué te trajo
qué te guardás el vuelto
La fragilidad de la mirada enciclopédica
te condena a anotar cada rasgo cada poro
cada infinito decimal del suceso
el mínimo parpadeo de cualquier zoología
en cualquier parte
en cualquier cáscara del día que te pase factura